Versatilidad del polipropileno

La estructura del polipropileno determina su gran versatilidad y permite que tenga múltiples aplicaciones. La aplicación final viene fundamentalmente condicionada por el tipo de polipropileno (homopolímero, copolímero azar y copolímero heterofásico), su índice de fluidez y su isotacticidad.

El homopolímero de polipropileno se forma cuando el único monómero presente es el propileno. Su alta proporción de fase cristalina y su temperatura de transición vítrea de 0 oC hacen que, mayoritariamente, sus aplicaciones se dirijan a los procesos de extrusión con y sin estirado posterior, donde se valora más la rigidez que la resistencia al impacto.

Los copolímeros azar se caracterizan por la presencia de unidades de comonómero insertadas de forma aleatoria, buscando la ruptura de la estructura cristalina. La gran ventaja que presentan es la transparencia y el descenso de la temperatura de fusión Tm, características deseables en la fabricación de filmes. La disminución de Tm se traduce directamente en una disminución de los ciclos de procesado ya que el film sella a menor temperatura y en menor tiempo. La trasparencia que se consigue al interrumpir la estructura cristalina, permite el uso de polipropileno, tanto de extrusión –principalmente film– como en productos de inyección con requerimientos estéticos.

El copolímero heterofásico o de bloque está formado por una matriz o fase continua homopolímera y una segunda fase (entre el 5 y el 20% en peso), dispersa en la primera, y se obtiene mediante reactores en cascada. La segunda fase, de naturaleza elastomérica, crece dentro de la primera, resultando en su globalidad en una composición heterofásica que posee un excelente balance impacto-rigidez. Fundamentalmente, estos grados se orientan hacia el moldeo por inyección de piezas técnicas: automóvil, menaje, muebles, contenedores, etc.